Por Juan Pablo López Rojas, Pasante en PIT Policy Lab
Mi experiencia como pasante en PIT Policy Lab ha sido enriquecedora y reveladora, debido a que pude sumergirme en el fascinante mundo de la Tecnología de Interés Público (PIT). Para mí, PIT representa la convergencia de la tecnología y el bienestar social, una fusión donde la innovación y la ética se encuentran para abordar desafíos cruciales que impactan a comunidades enteras. Es un enfoque que va más allá de la simple creación de tecnologías avanzadas, busca siempre el beneficio colectivo y la equidad.
Me considero un prometedor tecnólogo de interés público porque creo firmemente en el poder transformador de la tecnología cuando se aplica con responsabilidad y consideración hacia el bien común. Anhelo utilizar mis habilidades y conocimientos para desarrollar soluciones que no solo sean innovadoras desde un punto de vista técnico, sino que también tengan un impacto positivo en la sociedad. A lo largo de mi pasantía he tenido la gran oportunidad de colaborar en un proyecto dentro de la industria de pagos, en el que exploramos cómo fortalecer la implementación ética y responsable de herramientas de prevención de fraude basadas en Inteligencia Artificial (IA) y la biometría conductual, con un enfoque específico en el Sur Global.
Esta iniciativa me ha sensibilizado sobre lo urgente y necesario que es abordar la ética en el uso de la IA en el sector financiero, pues nos encontramos en medio de una revolución en el desarrollo de distintas herramientas basadas en IA, con potenciales impactos en las instituciones y en las personas usuarias finales. Uno de los resultados de este esfuerzo fue un documento con recomendaciones de política pública para el sector con un fundamento claro para implementar sistemas de IA de forma generalizada, abordando la necesidad de un enfoque inclusivo y equitativo en la implementación de dichas soluciones, a partir de los contextos y experiencias del Sur Global.
A lo largo del proyecto atravesamos un proceso exhaustivo que contempló la aplicación de diferentes herramientas incluyendo entrevistas y talleres que nos proporcionaron una comprensión valiosa de los desafíos que enfrentan las personas que forman parte de los equipos de políticas públicas y productos, entre otros en la compañía de nuestro cliente.
Durante mi pasantía en PIT Policy Lab, no solo he tenido la oportunidad de contribuir a este proyecto innovador, sino que también he aprendido valiosas lecciones sobre el poder del trabajo remoto. PIT Policy Lab abraza este modelo, permitiendo que cada miembro se centre en su bienestar personal, reuniéndose de forma remota como equipo para ejecutar proyectos con gran impacto. Esta experiencia me ha enseñado la importancia de la flexibilidad y la adaptabilidad en un entorno laboral en constante cambio.
Además, he podido sumergirme en el ambiente colaborativo y dinámico de la organización, lo que me ha permitido participar en una amplia gama de llamadas, desde reuniones individuales hasta sesiones internas de equipo, pasando por conversaciones con nuestros consultores y consultoras externas y llamadas con el cliente. Esta exposición temprana a diferentes dinámicas de comunicación y colaboración ha sido invaluable para mi desarrollo profesional. Aunque en ocasiones, participar en una llamada como pasante significaba simplemente escuchar, el valor de estar presente y absorber el conocimiento y la dinámica de equipo nunca pasó desapercibido para mí.
Invito a todas las personas lectoras a unirse a esta comunidad de práctica PIT. La participación activa de diversas voces es fundamental para dar forma a un futuro donde la tecnología trabaje para el bienestar de todos. Ya sea compartiendo conocimientos, participando en eventos o abogando por políticas éticas, cada acción cuenta. En conjunto, podemos aprovechar el potencial de la tecnología para construir un mundo más equitativo y sostenible. ¡Únete a este viaje hacia un futuro tecnológico más ético y justo!
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